El día que me enteré de que me habían aceptado en el programa propio de movilidad de la Universidad de Granada para ir a estudiar en la Universidad de Beijing no pude contener las lágrimas.

Desde que entré en la Universidad de Granada deseaba que me dieran esta beca, pero pensaba que sería casi imposible. Al final, en tercero de carrera, me di cuenta de que con esfuerzo todo se consigue, por fin iba a hacer el viaje que desde pequeñita había soñado. Mucha gente me decía que existe un choque cultural inmenso entre España y China, difícil de asimilar y que quizás una vez en Beijing me daría cuenta de que realmente vivir aquí y estudiar su idioma no era lo mío. Sí, el choque cultural es enorme, pero a la vez fascinante y no, no quiero dejar de vivir aquí y estudiar su idioma.

Todo comienzo es duro hasta que uno se habitúa. En mi caso, las primeras semanas fueron bastante duras porque llegué dos semanas tarde a las clases y tener que hacer todo el papeleo en chino, con prisas y sin ayuda, a veces resultaba un poco frustrante, pero en unos días conseguí integrarme en una clase acorde con mi nivel.

En lo relacionado con los estudios en la universidad, dependiendo del nivel, se te asignan 3 clases: conversación, escucha y gramática, de dos horas cada una, lo cual suma un total de unas 20 horas a la semana. Si tu nivel es alto, puedes elegir varias optativas, como por ejemplo clases de chino de negocios, lectura de periódicos, chino tradicional, etc. Además, la mayoría de los profesores no saben inglés, lo cual es una gran ventaja para aquellos que quieran hacer oído y adaptarse poco a poco al idioma, ya que todo lo explican en chino (con esto no quiero asustar sino todo lo contrario, yo pensaba que sería una locura pero luego se agradece).

Llevo 4 meses viviendo en Beijing (sinceramente parece que llegué aquí hace tan sólo unos días) y durante todo este tiempo he podido disfrutar de experiencias que para mí van a ser inolvidables. Para qué mentir, vivir aquí a veces no es fácil, pero siempre hay gente amable que está dispuesta a ofrecer su ayuda cuando más lo necesitas. Gracias a esta beca, por fin he podido entrar en contacto con la cultura, su gente y aprender el idioma de una forma que hasta hace poco creía que era imposible. Ojala mi aventura no acabase nunca, ojala que la vuestra no haya hecho más que empezar.
Saludos desde Beijing,
Liamar