Mi nombre es Antonio y soy estudiante de Arquitectura Técnica de la Universidad de Granada. Empecé a estudiar chino en el Instituto Confucio hace ya un año y desde el primer momento que me enteré de la posibilidad de solicitar la Beca Confucio, no lo dudé ni un solo segundo. En un principio lo veía todo muy lejano, ya que a la vez, también quería realizar mi proyecto fin de carrera en una Universidad china, en concreto en la Universidad de Tongji en Shanghai, por ser esta una de las mejores universidades de Shanghai, con una de las mejores escuelas de arquitectura de China y quizás del mundo. Después de mucho apoyo por parte del personal del Instituto Confucio y de los profesores de la Universidad de Granada, el sueño de estar hoy aquí haciendo lo que un día me propuse, se ha hecho realidad. Este reto, ya conseguido, me ha hecho ver también que las cosas que uno persigue, aunque supongan un gran esfuerzo, y es evidente que estudiar chino requiere un esfuerzo extra respecto de otras lenguas, si están llenas de ilusión, es más que probable que se hagan realidad.

Hace ya cuatro meses que llegué a Shanghai y a día de hoy aún sigo bastante sorprendido del ritmo tan rápido con el que siento estar aprendiendo chino, a la vez de la facilidad con la que me he adaptado e integrado en una ciudad tan enorme como es Shanghai. Tengo muchísimos amigos chinos, lo que me ayuda aún más a entrar en contacto directo con la cultura china, la cual me fascina. De hecho, me iré a casa de mi amigo He Ping (何平) y con su familia a pasar las fiestas del año nuevo chino. Recomiendo, por tanto, a todo aquel o aquella que tenga esta oportunidad, que se integre lo máximo posible en la sociedad china, lo que sin duda, facilitará su rápido aprendizaje del idioma.

Desde aquí os animo a todos a participar de la Beca Confucio, pues es una oportunidad inigualable para la mejora del idioma, y por supuesto, supondrá una experiencia inolvidable.

Aún me quedan más de 6 meses aquí, en China, por lo que aún tengo bastante tiempo para seguir aprovechando al máximo mi aventura por el gigante asiático.

Un abrazo muy fuerte desde Shanghai,

Antonio